La aplicación de átomos metálicos y sus agrupaciones, llamadas clústeres, resulta muy interesante para el campo de la catálisis, que es un proceso que permite aumentar la velocidad de las reacciones químicas. Sin embargo, es muy difícil generar átomos y clústeres estables en un soporte sólido.
Las zeolitas son materiales cristalinos con una estructura de pequeños poros regulares que permiten la entrada de moléculas en su interior. En función de la composición química y la topología de estos poros estructurales, se pueden desarrollar distintas reacciones químicas. La estructura actúa como un tamiz, dejando pasar sólo aquellas moléculas que sean más pequeñas que los poros; por este motivo las zeolitas se utilizan habitualmente en muchos procesos catalíticos y tienen un gran impacto en industrias como la petroquímica, la química fina o la separación de gases.
Avelino Corma, profesor de investigación del CSIC que trabaja en el Instituto de Tecnología Química y que ha dirigido el trabajo, explica que “las propiedades catalíticas de los átomos y clústeres metálicos son muy apreciadas en el campo de la catálisis debido a que son diferentes de las propiedades que presentan las nanopartículas y partículas de mayor tamaño”.
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